¿Qué forma puede tener?
El enemigo invisible puede tener cualquier forma, la del payaso de
peluche o la de una muñeca. Podrías haber visto tu padre mientras molestaba a
tu hermana o que tenía sexo con tu madre en forma poco convencional.
Una discusión entre ellos terminada mal. Una pelea entre tu padre y
otro hombre que termina a puños. Un asalto, ladrones en tu casa. Hay miles
tipos diferentes de situaciones que pueden traumatizar un niño, con o sin
violencia física.
Imagina que el abuelo obliga al hijo y su mujer a vivir dentro un
determinado modo porque es el dueño de la empresa donde trabaja el hijo.
Denigrar de cualquier manera el padre de un niño crea un sufrimiento
enorme en el hijo, porque en una sociedad estructurada como la occidental el
niño deposita en los padre todo su equilibrio mental, todos sus miedos.
Imagina que una mujer fue molestada por el padre a los 13 años. Luego
se casa, tiene hijos y decide mantener para sí misma el secreto. Mantener el
secreto no significa eliminar el miedo.
Es normal que dentro la casa de esta mujer existan reglas absurdas
como el hecho que por ningún motivo se puedan cerrar las puertas. Otra regla es
que por ningún motivo el padre pueda quedar a solas con la hija o que
simplemente luego del desarrollo de la hija, la mujer empiece una guerra
absurda contra el marido que termina en divorcio.
En mi caso personal por ejemplo, mi madre supo siempre que mi abuelo
fue un asesino y un revolucionario. Nunca nadie en mi familia me consideró un
asesino pero el miedo estuvo siempre presente.
Incluso siendo un niño como todos los demás, si me peleaba con otro,
rompía algo o miraba con asombro un rifle o cualquier tipo de arma el terror
invadía los ojos de mi madre.
El motivo era simple, ella conocía la historia de mi abuelo. Yo no.
¿Porqué te digo estas cosas?
Porque la historia humana esta llena de atrocidades. Nuestros abuelos
vivieron dos guerras mundiales. Han visto horror y muerte, hambre y terror.
Vieron más violencia e injusticia que la que se lee en todos los libros de
historia juntos.
Muchas veces, cuando un niño le pregunta al abuelo como fueron las
escenas de la guerra, el abuelo responde con anécdotas simpáticas que poco
tenían que ver con la realidad y mucho con el crear una escena simpática en
familia.
Cuando tratamos de resolver el problema insomnio entramos en un mundo
irreal o fantástico donde el enemigo podría refugiarse en cualquier lugar: la
obscuridad de un armario, una puerta que se golpea con el viento o el simple
ruido de un trueno.
Lo que propongo es una forma de vivir que te trasforma en un recibidor
de golpes profesional. Se trata de un boxeador que no ataca pero que tiene la
capacidad de recibir golpes al infinito. Contra un boxeador con esta
preparación nadie puede vencer un encuentro porque ningún luchador puede
golpear otro que nunca cae al piso.
El ejemplo en el boxeo es irreal, es obvio, pero nosotros estamos
luchando contra un enemigo irreal (el que crea el insomnio) y esto nos obliga a
utilizar una estrategia con reglas que van mas allá de la realidad.
El encuentro sucederá en el mundo de los sueños: las criaturas que
enfrentaremos son espectros, fantasmas, recuerdos, maestras altas como
montañas, precipicios sin fin, fugas infinitas. Seres increíblemente potentes
contra los cuales nada es posible.
De nada sirve tener en mano las armas más letales. No hay forma de
herirlos, ni forma de matarlos, pero por suerte existe un modo para
derrotarlos.
El sueño recurrente de un serial killer
Un psiquiatra ha hecho un estudio para estudiar el comportamiento de
un serial killer que había matado varias mujeres.
El psiquiatra le pide que le cuente un sueño recurrente y el individua
el sueño que más se repite en su vida.
Me encuentro en un selva, somos 20 soldados perfectamente armados y
adiestrados para la guerra. El batallón mejor que nadie habría podido reunir en
el mundo. A un cierto punto el enemigo aparece delante de nosotros.
Todos empiezan a disparar con las ametralladoras. Las ráfagas no se
detienen pero yo veo que los soldados empiezan a caer muertos.
Luego de un poco de tiempo todos los soldados alrededor mía yacían a
tierra muertos y yo me encuentro con mi arma completamente descargada.
Es en ese momento, ese ser se detiene delante mío y agarrándome por el
cuello de la camisa, me levanta en el aire y me dice “nunca conseguirás
liberarte de mi”. Ese ser es una mujer.
A este punto de la entrevista el psiquiatra pregunta: ¿Quien podría
ser el esta mujer?. El responde: ”Cualquier mujer, cualquier mujer menos mi
madre”.
Lejos de cualquier intención de interpretar quien fuera esa mujer del
sueño y que cosa haya hecho a ese enfermo mental, me limito a señalar en que
dimensión se combaten esas batallas.
Las batallas perdidas en la realidad encuentran un lugar donde
anclarse en el inconsciente. Desde ahí crean problemas, ansias, terror y miedo
que se termina mezclando con los problemas de la vida cotidiana creando
situaciones donde no conseguimos entender la diferencia entre lo que es real y
lo que es un problema en el inconsciente.
Anestesia y pesadillas
Para tener bajo control el mundo de las tinieblas, el cerebro humano
usa estrategias. La mas común es al de crear una campana aislante que impide
que ese recuerdo vuelva a nuestra mente.
Sucede muy seguido que las personas luego de una operación se
despiertan recordando escenas traumáticas del pasado.
Roberta: luego de una operación para exportar un tumor al seno
comienza a acordarse de una escena donde el padre le acaricia un pecho cuando
ella tenía 13 años.
Acordarse improvisamente de una escena de este tipo es complicado de
aceptar sobre todo luego de 20 años de amnesia. En la duda que fuera una mala
jugada de la imaginación no lo comenta ni siquiera la psicóloga de la
rehabilitación postoperatoria.
Pero mientras se encuentra en la sala de espera con el padre y la
psicóloga los invita a entrar el padre se acerca a ella y le dice “Ojo con lo
que decís”.
Es de esta forma que ella consigue confirmar que la escena que al
improviso recuerda es real y no fantasía.
Clara: siempre luego de quitar un tumor benigno a un pecho se
despierta gritando cada vez que se duerme y si alguien la despierta reacciona
andando en completo pánico.
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